martes, 18 de septiembre de 2012

AVENTURAS POR HEIDELBERG



Primer domingo. Llegué un jueves. No sabía de qué iba el tema. me subí a un tren hacia Heidelberg. Me dijeron que era una ciudad muy bohemia. Que me gustaría. Mannheim, al contrario, era más seria. Con estudiantes serios que estudian carreras serias. Al llegar me encontré con esta gran escultura. No logré ver quién la había diseñado, pero me pareció (dicho vulgarmente) la bomba! Se arrodillaba ante la ciudad esa gigantesca masa de hierro. Con un viento se cae, no? no confío en estas cosas. 

En fin, como iba contando, a mi llegada decidí hacerme la lista y no acudir al centro de Información para turistas porque sólo veía entrar japoneses (los más listos). Me fui a investigar. Investigué 2 horas. Perdiéndome. Llegué a un terraplén donde no parecía que pasaran cosas buenas. Me metí en un polígono y al final no sé cómo salí. No tengo fotos porque temía por mi y por el móvil. Por el móvil más. A veces lo inane me supera en cuanto a importancia. Es broma, no? Sí. Bueno, salí del embrollo y acepté entrar en la oficina de Información. No dejo de preguntar: Do you speak English? Lo único que podría decir en alemán es de dónde vengo, a dónde voy, qué hago, qué estoy leyendo, vocabulario y conjugar los verbos. Después me dijeron que donde estaba, no había nada de lo que buscaba. Tenía que coger un tranvía. Esos que vi tantas veces y me preguntaba, a dónde irá? Sí. Lo cogí y me encontré en otro mundo donde todos los edificios eran bonitos. Creo que me colé en un Hospital Privado, pero era genial. 

Poco después vi un río, y ahí se me abrió todo. Fantástico. Hacía buen día y todo el mundo estaba en un terraplén de césped tomando cervezas a mansalva. Me encanta mansalvar, a ti? Era el lugar perfecto. Era la futura continuación perfecta de Salamanca. Ahí quiero vivir. Un ambiente...un todo. He colgado fotos de Heidelberg. De los edificios que me parecían más bonitos.  Realmente en Alemania no se cómo se lo montan, pero edificio que ves, edificio bonito. Me recuerda a Galicia. No en la arquitectura, porque no tiene nada que ver. Galicia también me parece con un encanto igual de especial y diferente al resto de España (lo que he visto). EN FIN.






                                                






















lunes, 17 de septiembre de 2012

NO ERA UN DÍA LLUVIOSO EN NINGÚN CANAL DE LA MANCHA. o sí.


Así empezó mi día. Sorprendiéndome de lo bien que quedaba en el espejo, en ese espejo alemán. Era de Ikea. Normal. Llegué a Alemania sin pensarlo, y podría jurar que aún no he pensado nada y no lo pensaré. Ya es tarde. En cosa de 10 días, todo lo decidí y aquí me encuentro. Intentando encontrar un trabajo sea digno o no. Con lo de digno que no se me malinterprete. O sí. 

Ahora mismo soy Aupair. Antes quería tener 2 hijos. Alemania ya me ha cambiado. Las niñas que me han tocado son educadas, cariñosas y tremendamente activas. He tenido suerte, realmente.  En su gran jardín, parque, cosa surrealista tienen una cama elástica. Lo primero que hicieron las niñas fue decirme:  - "No se va a romper Beatriz". No sé exactamente a qué se referían. O sí. Después de esa seguridad no pude hacer más que subirme y hacer que me divertía. Clavé tanto mi papel, que me tuvieron 6 días tocando el cielo. Hasta el gran día de la lluvia. 

Aquí tanto le da al tiempo como de estar super contento, como de ponerse celoso. Al sexto día hubo un huracán, y normalmente va alternando para que no echemos de menos al Sol. Todo es muy simpático aquí. Me encuentro en un medio sótano como veis, y vienen a visitarme bichitos. No les entiendo aunque lo intenten. Se me ponen delante cada dos por tres llamando mi atención. Saben lo que hacen. O no.



1a Mañana




domingo, 16 de septiembre de 2012

Tan lejos y tan cerca


Me fui de Mallorca, y llegué a Alemania. No noté un cambio drástico en ningún momento. La gente era la misma que veía todos los veranos en Palma. Eran los mismos que paseaban por la playa o cuando llovía visitaban la catedral. Las mismas caras. Los mismos gestos. No sentí en ningún momento que Alemania no era mi sitio. Quizás es lo que sienten ellos cuando me ven, porque resulta muy extraño que todos sean tan simpáticos. Les sueno de algo, pero aún no lo saben. 


Aeropuerto de Frankfurt Hahn